Resulta que despu�s de haberme divorciado, hace tres a�os,
alquilaba peque�os departamentos para vivir tranquilamente y disfrutar mi
segunda vida. Solo, sin ning�n tipo de responsabilidad ni control, y eso si, con
bastante experiencia en el arte del sexo tuve muchos romances con jovencitas de
20 a�os a 25. La pasi�n que tenia por ellas hizo que yo tuviera un departamento
muy amoblado y atractivo. En el edificio donde viv�a me llevaba muy bien con
todos los vecinos. Los saludos eran sonrisas bien correspondidas.

Yo generalmente no estaba en mi departamento sino que atend�a
mi negocio de farmac�utico en dos locales distintos.

Enterado de esto mi vecina, una se�ora de casi 30 a�os, en
ese entonces, y un tanto fea, me solicito tocando mi puerta en forma desesperada
para que le proporcionara unos calmantes para el dolor de muelas. Era las 3 de
la madrugada. Cordialmente acced� y fui con ella con mi auto hasta mi
establecimiento comercial distante a 10 minutos. Le calmo el dolor, por suerte,
y al regreso platicamos amigablemente y me dijo que se llamaba Ada .

Con el transcurrir del tiempo, unos 3 meses, nos hicimos
amigos y yo las invitaba a ella y su hija a comer en lugares exclusivos. Con la
ni�a, de nombre Claudia, me encari�e y la mimaba como si fuera mi hija. Le hacia
regalos cuando ella obten�a buenas notas en su colegio, est�mulos que por cierto
acrecentaban mas la confianza entre la madre la hija y yo.

Realmente la ni�a no era su hija sino que a pedido de una
amiga cuando la ni�a era una bebe de 1 a�o la dejo a su cuidado por la escasez
de dinero.

Al a�o siguiente Ada se entero que la mama verdadera de la
ni�a hab�a fallecido.

Sola y hu�rfana y sin saber quien era su padre se que do con
Ada, a la que ahora le dice Mama. Lo que me entere despu�s es que esta se�ora,
la vecina Ada, no estaba convencida mucho en tenerla a la ni�a puesto que ella
la consideraba un estorbo y no pod�a realizar su vida normalmente por estar al
cuidado de Claudia. A veces la notaba que le tenia mucho fastidio a Claudia al
no poder estar mucho tiempo con el novio que tenia Ada. Y lo peor de todo es que
Ada no pod�a contarle a su novio que cuidaba a una ni�a, porque l�gicamente el
novio iba a pensar que era mentira y que realmente Claudia era hija de Ada y el
no le iba a creer y no cargar�a con un hija que no era de el. Sinceramente sus
razones eran bien fundadas.

Por esta raz�n Ada nunca llevo al novio a su casa.

Frecuentemente Ada y Claudia se quedaban en mi departamento a
ver TV en las noches. Ella Trabajaba de 8 de la ma�ana hasta las 7 de la noche y
los s�bados hasta las 3 de la tarde.

Ada tenia apuros econ�micos y dif�cilmente pod�a pagar el
alquiler del departamento donde ella viv�a. Yo siempre he sido generoso y me
ofrec�a en todo momento a ayudarla, inclusive le compraba ropa a la ni�a y
tambi�n a ella.

La ni�a tenia 10 a�itos. Estudiaba cerca del edificio y
cursaba el quinto grado. Una se�ora del edificio de al lado se encargaba de
darle sus alimentos y luego Claudia se iba a su casa y esperar a Ada hasta las 7
de la noche.

En ese �nterin la ni�a me visitaba frecuentemente. Yo
generalmente descansaba en las tardes y en las noches recog�a el dinero
recaudado del negocio. Dispon�a de mi tiempo de una manera tal que paraba mas en
mi departamento que en el negocio. La ni�a entraba a mi casa como si fuera la
suya.

Esta ni�a siempre fue una ni�a para mi. Hasta que un d�a dejo
de serlo. Me aprestaba a realizar mis ejercicios de abdominales en mi
dormitorio, tenia polo y pantal�n corto, y se acerca Claudia. Yo estaba de
rodillas y ella con los brazos abiertos se me abraza y pega su cuerpecito al m�o
y me dice: � Al fin t�o somos del mismo tama�o��� Yo arrodillado era del tama�o
de ella. Francamente que hasta ese momento nunca se me cruzo por la mente de
verla a Claudia como una mujercita. Pero realmente lo era. Al pegar su cuerpo al
m�o sent� su tierna figura apretarse y de forma autom�tica se me enderezo el
pene. Me pare nervioso y me sent� en la cama disimulando el enorme pene que
asomaba cual carpa de circo que hab�a provocado esta hermosa nena y la empec� a
observar detenidamente.

Era muy peque�a 1.30 mts. De fino talle y extremadamente
delgada. Cabellos bien cortos y pegados, parec�a un ni�ito. Ojos grandes y
verdes con cejas abundantes . Sus labios eran muy gruesos y sensuales de color
rojo. Su apariencia es de una ni�a muy inocente pero con unos labios gruesos tan
sensuales que aparentaban ser mayor de edad. Provocaba chuparlos y saborearlos
por fuera sus labios y no besarlos como com�nmente se hace con los labios
abiertos. Ella al hacer su pucherito juntaba sus labios y se part�a en dos los
labios inferiores. Vest�a en ese momento una faldita cortita y de cuando en
cuando al caminar se levantaba y se le notaba su calzoncito blanco. Tenia un
polo pegado al cuerpo y por primera vez note que la areola del pez�n lo tenia
muy hinchado levantando levemente la tela. Transparentaba la tela y se notaba
que tenia unos pezones gruesos. No desarrollaba el seno aun. Pero la redondez
del pez�n asemejaba a un lim�n grande cortado por la mitad y de color rojo. La
vista era formidable. Una tierna ni�ita siendo observada por un hombre mayor y
con el pene a punto de reventar. La observaba decenas de veces todos sus
movimientos inocentes. Ella no se daba cuenta del mounstruo que hab�a
despertado. De mirarla y pensar que ese cuerpecito pod�a soportar el tremendo
cuerpo de un hombre que mide 1.84 mts y 90 kilos y ella con 1.30 mts. y 35 kilos
aprox. a mi lado me llegaba entre mi ombligo y mis tetillas, era para no
creerlo.

L�gicamente que me aumento el morbo y empec� a dar los
primeros pasos y disfrutar de ese pedacito de cuerpo y el deseo de poseerla. Yo
sentado al borde de la cama, ped� que se acercara. Toque sus hombros y la
acerque a mi cuerpo. Tuve un estremecimiento al sentir esos dos peque�as
protuberancias que sobresal�an de sus pechitos. Y se inicio la siguiente
conversaci�n:

-Eres una ni�a muy hermosa-

-Gracias t�o, asi me llamaba- Pero, Ud., tambi�n es
simp�tico.

-Mira hijita si yo fuera de tu edad yo te enamorar�a y tu
serias mi novia-

Ud., es mayor y muy grande,

Lo se mi hijita.

Como es eso de enamorados?

Los enamorados se besan y se acarician como en las pel�culas.

Se acarician? �y que partes?

El hombre le acaricia su cuerpo su rostro y sobre todo all�
abajo...

Abajo???... donde?

All�, en tus calzoncitos.

Se ruboriza la ni�a, y mir�ndome fugazmente se toca levemente
su cosita.

-Dime lindura. Te gustar�a jugar a los enamorados alg�n d�a?

Bueno, no se... tengo miedo. No se jugar a los enamorados.

No te preocupes si quisieras alg�n d�a te ense�o.

Ya t�o.

Ah una cosa muy importante: -estas cosas que te he dicho no
debe saber nadie. Sera nuestro secreto entre tu y yo.

Asi ser� t�o. Es nuestro secreto.

En tanto pasaron los d�as y notaba que Claudia se sent�a
perturbada. No sabia exactamente en que consist�a ese juego. Estaba confundida,
era muy inocente. A los 3 d�as de esa conversaci�n llego nuevamente a mi
departamento y yo tome la iniciativa.

Claudita mi amor, ven ac�rcate quiero verte mas de cerca...

Si t�o?

Sabes? �eres muy hermosa y creo que me estoy enamor�ndome de
ti.

Yo te gusto tio?

Si Claudita eres bell�sima. Me gustas mucho. Quieres ser mi
enamorada?

Pero no me respondas ahora. Pi�nsalo un poco. Si no quieres
ser mi enamorada no importa igual no me molestare. La ni�a me respondi�
aliviada, quit�ndose ese peso de encima y muy comprometedora con un "esta bien
tio".

Mira Claudita yo estar� en mi cuarto esperando tu respuesta.
Si respondes que si entras a mi cuarto sin la blusa que traes puesta. Y si la
respuesta es no simplemente no entras y te quedas viendo TV y seguro que me
quedare dormido. -Ok tio, me respondi�.

Transcurrieron 15 largos minutos y en eso veo que la puerta
se abre lentamente y veo esa figura diminuta parada en la puerta y sin la blusa
puesta, llevaba �nicamente puesto una mini falda muy suelta not�ndose un poco su
calz�n.

La quedo observando sin mediar palabra alguna. Ella me mira
fijamente, sabiendo perfectamente a lo que venia. Avanza lentamente hacia mi. Me
incorporo de la cama y avanzo hacia ella paso a paso.

La diferencia de estura era abismal. Ella segu�a mir�ndome
fijamente a los ojos con los labios entreabiertos deseando conocer lo
desconocido y prohibido. Seguidamente poso mis manos en sus hombros suavemente y
la llevo lentamente hacia un costado de la puerta y la pego a la pared. Me
agacho flexionando mis piernas hasta llegar mi pene, tenia short corto, a tocar
su Monte de Venus que estaba hinchado por la excitaci�n que ella experimentaba.
Arqueo mis espaldas y estoy a la altura de sus labios. Lentamente acerco mis
labios y ella entorna sus ojitos casi cerr�ndolos esperando mis labios. Los poso
muy lentamente y la beso. La abraso despacio y presiono mi pene a su conchita.
Su cuerpo fr�gil respondi� al llamado de la carne entre macho y hembra. Instinto
de las mujeres que ellas lo conocen perfectamente, peg�ndose a mi cuerpo como
queriendo fundirse en ello.

El beso fue largo y ella me correspond�a abriendo su boquita
cada vez mas. As�, bes�ndola, con la mano derecha saco mi pene, que mide 28 cmts
lleno de venas y con un grosor fuera de lo normal, le bajo un poco el el�stico
del calz�n y deposito mi pene en su conchita dentro del calz�n. Presiono con mi
pecho su menudo cuerpecito contra la pared y segu�amos bes�ndonos. La excitaci�n
era tremenda. Mis dos brazos extendidos apoyados en la pared. Mi pene enorme
empujaba torpemente debido a la desigualdad de tama�o y la posici�n un poco
incomoda.

Claudia gem�a secamente y sent�a su respiraci�n agitada
sintiendo en mi pecho sus pezones gruesos y abultados queriendo penetrarme.

Quienes hemos besado a una ni�ita sabemos que la saliva de
ellas es un liquido muy especial y delicioso. El placer que se experimenta es
igual o quiz�s mejor cuando a uno se va a botar el semen. Son segundos de placer
infinito. Ese liquido entremezclado con el m�o de macho excitado no lo puedo
describir con palabras pareciera que el orgasmo le viene por la boca. Su sabor
es inigualable. Su saliva espesa los succionaba vorazmente. Yo le daba mi lengua
y ella los chupaba fren�ticamente como si fuera un pene. Luego ella me daba su
leng�ita y se los chupaba deliciosamente y morbosamente. Mientras mi pene hacia
su trabajo como si la estuviera penetrando en un mete y saca, el contacto de mi
pene con su conchita hacia que ella botara ese liquido espeso y lubricante, lo
sent�a. Amen que la presi�n del calz�n hacia mi pene hacia que el contacto con
la vaginita sea mas fuerte.

As� parados ella sujet�ndome el cuello fuertemente avanzaba
su pubis hacia mi pene como fingiendo una penetraci�n y lo hacia velozmente. De
cuando en cuando acariciaba su rostro. Para besarla fuertemente con mis dos
manos apretaba su cabecita atrayendo a los m�os. El placer del beso espeso por
la abundante saliva llegaba a su fin. En un arranque de desesperaci�n ella
chupaba mi lengua y presionaba su pubis contra mi pene dando gemidos con mucha
lujuria apret� sus piernas fuertemente rozando su cl�toris hinchado quedando mi
pene aprisionado y yo bombeando por fuera. La presi�n que ella ejerc�a a mi pene
era fuerte. Claudia abr�a y cerraba las piernas con desesperaci�n. Ajustaba y
soltaba, ajustaba y soltaba. Se estaba dando un gusto tremendo. Gozaba con
delirio. Yo no pod�a dar fe a lo que ve�a. Una ni�a que locamente disfrutaba del
sexo y solamente por el beso y apretar sus piernas se venia abundantemente. Por
esa presi�n de las piernecitas suelto un abundante chorro de esperma y ella
apretaba y apretaba gimiendo y solt� un peque�o grito largo en se�al de
satisfacci�n lograda. Su respiraci�n era muy agitada. Sus pechitos sub�an y
bajaban temblorosamente.

Me enderece y me temblaban las piernas. La cargo como si
fuera una plumita y la llevo a la cama. La beso tiernamente y ella mir�ndome me
dijo: Soy tu enamorada y no me arrepiento.

Los dos disfrutamos del beso y la masturbaci�n que le dio mi
pene a su conchita y est�bamos cansados.

Sus pezones hinchados estaban all� mir�ndome desafiante para
ser besados.

Los pezones los dejare para ma�ana en la tarde. La lecci�n
reci�n empezaba.

Esta ni�a estaba enamor�ndose de mi. Yo supe manejar la cosa.
Esto era el inicio. Mas adelante les contare el orgasmo de sus pezones, sus
labios gruesos, su estatura y lo que una ni�a enamorada es capaz de llegar al
orgasmo solamente con mirar al ser amado sin masturbarse sino mentalmente.

La "mama" por supuesto quer�a deshacerse de Claudia y yo
quer�a casarme con Claudita. Adi�s.