�ltimamente habl�bamos por tel�fono o por email, pero parec�a
no querer quedar conmigo en persona, o si qued�bamos era con la presencia de
Augusto. Hasta que me enter� de que estaba embarazada. As� que un d�a la llam�
para felicitarla y le dije que quer�a verla en su nuevo estado, antes de que
tuviese al ni�o o a la ni�a:

Y me llam�:

Lleg� puntual. Estaba ya de casi 7 meses, as� que su tripa
era bastante evidente. Nos saludamos con un par de cari�osos besos en las
mejillas. Estaba muy guapa, llevaba un vestido suelto algo ce�ido bajo los senos
que, por cierto, estaban tremendos; y que le llegaba hasta algo m�s debajo de
las rodillas. Era verano y hac�a calor, as� que el vestido era de una tela muy
ligera, pero no transparente, aunque pod�a adivinarse sin mucha dificultad que
no llevaba nada debajo, salvo unas bragas, tal vez. Su pelo rubio, sus ojos
azules y su piel blanca, algo sonrosada en los mofletes le daban una apariencia
de ni�a a�n m�s acusada que de costumbre.

Nos sentamos en el sof� y serv� el caf�. Hablamos de muchas
cosas, de nuestras vidas y tocamos el tema "sexo durante el embarazo". Beatriz
siempre ha sido una chica que no se lo piensa dos veces, quiero decir, que le
gusta mucho follar. Me dijo que era un poco m�s inc�modo pero igual de
placentero. Ella segu�a teniendo las mismas ganas y Augusto igual. Hablamos de
posturas y de los cambios en su anatom�a. En un momento dado le dije:

Se me qued� mirando, como indecisa:

Dijo dudando y como imagin�ndose la situaci�n. En un instante
baj� la vista al suelo y, recuperando la sonrisa, me volvi� a mirar con unos
ojos algo p�caros, al tiempo que comenzaba a levantarse apoy�ndo una mano en mi
rodilla, que termin� en algo parecido a una caricia. Sin dejar de mirarme ni de
sonreir, y ya de pi� frente a m� se quit� los zapatos con los pies y, levantando
los brazos me dijo:

Dije con algo de sorpresa, y levant�ndome. Qued� de pi�, a su
lado y muy pegados. Ella no se separ�, segu�a brazos en alto y manteniendo su
vista fija en mis ojos, como si no quisiera perderse ni un detalle de las
expresiones de mi cara. Me agach� un poco para agarrar la parte de abajo del
vestido y empec� a sub�rselo despacio, rozando sin querer la parte externa de su
muslo. Al llegar a la parte de la cabeza fui con m�s cuidado y mientras su cara
qued� tapada en la maniobra ech� una r�pida mirada a su cuerpo desnudo,
especialmente a sus pechos, que, con los brazos a�n levantados aparec�an
espl�ndidos; y a su inmensa tripa, �como no!

El vestido sali� del todo. Movi� su cabeza para reordenar un
poco su cabello rubio y baj� sus brazos para recoger su arrugado vestido y
doblarlo de manera que se arrugara lo menos posible. Yo mientras la observaba
inm�vil. S�lo vestida con una braguita muy fina de algod�n blanco, que le tapaba
bien sus nalgas y el pubis, aunque la mata de pelos se dejaba ver con la
transparencia. De lado y agachada mientras dejaba el vestido en el sof�, sus
tetas y su tripa segu�an siendo lo m�s notable en los cambios de su anatom�a, si
bien sus muslos estaban tambien m�s rollizos, pero no obesos sino tal vez ahora
en su punto justo de volumen. Lo dem�s permanec�a como siempre: su piel blanca y
suave, con algo de color ahora por el sol del verano; su pelo liso y rubio,
suelto y cay�ndole hasta los hombros, sus manos delicadas y de cutis perfecto,
con unas cuidadas u�as sin pintar, sus redondos hombros, en fin, una mujer de lo
m�s atractiva...

Se volvi� hacia m�. Me indic� que me sentara y acerc� su
tripa a mi cara, metiendo una de sus piernas entre las m�as y apoy�ndose
tiernamente en mi cabeza. Me miraba sonriente y con dulzura, pero sin
desaparecer del todo ese toque p�caro.

Lo dije con admiraci�n pero sin que pudiera parecerle una
groser�a. Ella abri� m�s su sonrisa y casi riendo y acariciando mi cabello me
dijo:

Levant� la mano lentamente y ella, con su otra mano, me la
llev� a su vientre. Yo me dej� hacer. Me restregaba suave y lentamente la mano
por todo su embarazo, en c�rculo primero, hasta casi tocar sus pechos por arriba
y sus braguitas por abajo. Esos roces me empezaron a disparar mi miembro y, con
la ropa que llevaba puesta, el tema se hizo bastante evidente, apareciendo bajo
mi pantal�n de deporte un bulto bastante notable. Ella segu�a con sus caricias
y, en un momento dado, par� su mano y dijo:

- �Lo has notado?

Le agarr� por las caderas. Su piel era muy suave en todo su
cuerpo y estaba c�lida y como agradecida de cualquier caricia. Ella me manten�a
agarrada con sus dos manos mi cabeza y, en un momento dado, comenz� con una de
ellas a acariciarme el pelo, apret�ndome, al mismo tiempo, contra su vientre.
Era una caricia tierna pero tambien excitante. Yo empec�, a su vez, a acariciar
tambien sus caderas con mis manos, justo por donde pillaba la parte superior de
las braguitas. Lentamente gir� la cabeza y le d� un beso muy sensual, casi con
la parte interna de mis labios, en el lugar d�nde antes estaba mi oreja. Ahora
eran sus dos manos las que, m�s que acariciar, me revolv�an el pelo; mientras
las m�as segu�an recorriendo ahora todo el el�stico superior de sus braguitas
por la parte de atr�s.

Mis besos segu�an y empezaron a extenderse por su barriga,
sus manos recorr�an ya sin pudor toda mi cabez, hasta la nuca y hombros. O� el
primer t�mido y ahogado jadeo. Su respiraci�n se aceleraba r�pidamente y la m�a
tambi�n. Mis dedos penetraban ya poco a poco las braguitas y mis manos, ya en su
interior, empezaron a masajear sus nalgas. Al mismo tiempo mis labios fueron
bajando hacia el pubis. Lentamente le baj� las bragas hasta el suelo. Ella
levant� una pierna y luego la otra y las dej� algo m�s separadas que antes,
mientras yo agarraba las braguitas y comprobaba lo empapadas que estaban.

Por fin acerqu� mi boca a su chocho al tiempo que mis manos
masajeaban intensamente las nalgas y el ano. Los labios mayores estaban
chorreando y empec� a chuparlos y lamerlos. Eso le provoc� el primer gemido y
empezaron a temblarle un poco las piernas. Yo le sujetaba por detr�s y empec� a
pasarle un dedo por el exterior del ano, dejando que entrara un poco de vez en
cuando. Esto era ya demasiado. Casi se me derrumb� encima, pero pude sujetarla
bien y cambiamos de sitio. Se sent� casi con el culo en el borde, dejando su
agujerito libre para manipulaciones. Estaba jadeando, con los ojos semicerrados
y una cara de aut�ntica satisfacci�n. Yo, ya de pi�, aprovech� para,
r�pidamente, quitarme la poca ropa que llevaba y quedarme totalmente desnudo,
como ella. Me vi� y acert� a decir:

Nos miramos con cara de buen rollito y nos besamos en la
boca, en uno de los besos m�s lascivos y excitantes que recuerdo.

Le agarr� de las piernas, se las sub� por encima de mis
hombros y me hund� en sus jugos vaginales. Le empec� a chupar y besar los labios
y el cl�toris, le pasaba la lengua muy despacio por todo el exterior de su
vagina y terminaba d�ndole un peque�o masaje con la punta de mi lengua en el
cl�toris. Estaba todo h�medo, tierno y caliente. Ella, inm�vil y con los ojos
cerrados, gem�a y me animaba a seguir. Mi mano derecha hab�a agarrado con fuerza
una de sus nalgas y la amasaba una y otra vez, movimiento que, a juzgar por sus
jadeos, parec�a gustarle bastante. La otra mano estaba dedicada al su agujero
anal. Hab�a empezado d�ndole un masaje circular con presi�n con mi dedo coraz�n
sobre el esfinter, aprovechando la lubricaci�n de sus jugos vaginales. El gusto
que le estaba dando estaba relaj�ndola r�pidamente, haciendo que el dedo la
penetrara, pero siguiendo con el movimiento circular, ahora ya en su interior.
Ella segu�a gimiendo, jadeando, rog�ndome :

Empez� a moverse compulsivamente, mi lengua penetr� en su
vagina, saboreando su salado y sabroso jugo y mi dedo avanz� hasta el final en
el ano. Fue suficiente para provocarle un sonoro orgasmo:

Me tiraba del pelo y sus piernas temblaban
descontroladamente. Imagin� al feto pregunt�ndose que estaba pasando y pidiendo
el libro de reclamaciones y le hice un comentario al respecto que le hizo
cambiar los gritos por un ataque de risa.

Con sus piernas ya en el suelo la volv� a besar. Estaba
entregada y feliz. Me sent� a su lado cogido de su mano. Me mir� y me volvi� a
besar. Me dijo:

Baj� la vista a mi pene, que estaba todo tieso y excitado.

Lo agarr� con la mano del prepucio, lo mene� un poco y al ver
la potente erecci�n que ten�a baj� su cabeza y poni�ndose de lado, para que no
le molestara su barriga, se lo introdujo en la boca.

-��Oooohhh!! �Qu� bueno, t�a!

Para cualquier tio la sensaci�n de una mamada es
impresionante, sobre todo si te la hacen con la suavidad y el cari�o de �sta.
Sus labios bajaban y sub�an lentamente por una polla que casi le llenaba la
boca, mientras con una mano la sujetaba de la base y con la otra me acariciaba
los test�culos. Saboreando el placer, le acarici� el pelo con una mano y se lo
recog� por detr�s de la oreja, dejando su cara a la vista. Ella no me miraba,
segu�a dedicada a su chupada y su masaje. Con una mano le segu� acariciando el
pelo, y la otra se fue, acariciando la espalda, hasta el culo. Llegu� a tocar su
ano y baj� a su vagina, que segu�a caliente y mojada. Le met� un dedo dentro,
luego otro y empec� un ligero movimiento con el mismo ritmo que llevaba ella en
su mamada. Empez� a jadear de nuevo, acelerando y acerc�ndome el culo a mi mano,
que ahora pod�a llegar ya hasta el cl�toris. Mientras manten�a dos dedos en su
interior, le met�, sin mucho esfuerzo, el pulgar por el culo. Sus jadeos
aumentaron. Yo estaba en la gloria, para correrme de un momento a otro,
levantando incluso un poco el culo en cada movimiento de su boca. Pero su placer
era mayor, y para no ahogarse con sus gritos dej� escapar mi polla:

Otra vez empez� a mover sus caderas al ritmo de mis dedos
mientras mi polla vagaba por su cara. Se corri� nuevamente:

Aprovech� y le d� la vuelta. Qued� tumbada de lado pero ahora
me daba a mi el culo. Ella, aun jadeando, se dejaba hacer sumisamente. Le
levant� un poco la pierna y le introduje mi polla sin ning�n esfuerzo. Entr� tan
lubricada que, si no fuera por su grosor ni lo habr�a notado. Pero si, s� lo
not�. Volvi� a gemir mientras se la met�a hasta los huevos y empec� un lento
movimiento de vaiv�n. A pesar de su excitaci�n el encaje era perfecto y notaba
todas sus paredes apret�ndome. Ahora era yo el que empezaba a gemir
ruidosamente:

Disfrutando de tanto placer y aguantando un poco para no
correrme tan r�pido le met� nuevamente el pulgar en el culo, mientras le empec�
a masajear su enorme pez�n con la otra mano. Esto fue demasiado par ella y
empez� nuevamente a dejarse llevar por un nuevo orgasmo. A mi me dio tanto gusto
que casi me corro, pero logr� sacar mi polla y met�rsela por el culo, mientras
me apoyaba en su nalga. Le segu�a sobando el pecho, grande y tierno y su ano
estaba tan dilatado que no ofreci�n ninguna resistencia a una penetraci�n total.
Estaba menos lubricado que la vagina, pero algo m�s prieto, por lo que yo sent�a
un placer enorme, y ella tambi�n, un vez m�s. Le dobl� un poco la pierna para
ponerla en una postura m�s placentera y aceler� mis movimientos. Ella volvi� a
gritar y empez� a hacer una especie de pulsaciones en su recto y en su vagina
que me provocaron un espectacular orgasmo.

Me qued� en su interior, inm�vil, al igual que ella. Despu�s
nos dimos muchos besos y caricias, y, por la hora que era, nos duchamos y ella
se visti�, con el vestido algo arrugado y una braga limpia que llevaba en el
bolso.

Me dijo que habia sido muy parecida a la visita que habia
imaginado, y que le hab�a encantado. Me dio las gracias por todo y se march�.
Cuando nos volvimos a ver estaba ya con su ni�a en brazos y de la mano de
Augusto. Los dos felices y contentos. Beatriz y yo hicimos algun comentario
sabros�n sobre la �ltima vez que nos hab�amos visto que Augusto no entendi� y
quedamos en repetirlo cualquier dia... La ni�a no paraba de mirarme y de
sonreir, tal vez con algo de picard�a en sus ojitos...

NOTA DEL AUTOR: Este relato es inventado, me he divertido
mucho escribi�ndolo y espero que a vosotras/os os haya pasado lo mismo
ley�ndolo. Me gustar�a recibir vuestras cr�ticas, comentarios o casos reales
parecidos al del relato que hay�is vivido o conozc�is. Un saludo a todas/os.